25 abril 2005

Divulgación de la ciencia: responsabilidad de los científicos

En un estudio cuyos resultados se resumen en la Revista Madri+d (nº 28, marzo 2005) se afirma que la participación de los científicos en actividades de divulgación científica es escasa y limitada a determinados foros o medios si bien el grado de preocupación, incluso de compromiso, con la comunicación de la ciencia, la compresión pública de la ciencia y la cultura científica del público es elevado. “El acercamiento de los científicos al público emerge en numerosas ocasiones de iniciativas particulares que tienen mucho que ver en efecto con su voluntad personal, su carácter más o menos abierto, su compromiso social, y muchos otros parámetros.” Los autores del estudio indican que “los científicos deben prepararse no sólo para ser investigadores, sino también para participar en la divulgación y comunicación pública de la ciencia, respondiendo a la necesidad de mejorar el acceso a la ciencia del público en general.” En cuanto a las causas de este alejamiento por parte de los científicos de lo que debería de ser una de sus tareas fundamentales se destacan “la multitud de labores y gestiones que acompañan habitualmente a su trabajo de investigación”, el “desvío de sus actividades cotidianas de investigación”, y el “esfuerzo de simplificación y de adaptación de su lenguaje habitual para hacerlo comprensible al gran público”. Se insiste también en “la escasa importancia que se da a estas tareas a la hora de evaluar la actividad de los científicos” lo que lleva a los autores a plantear “la importancia de animar e incentivar al investigador, fomentar su acercamiento al gran público” mediante la valoración profesional de la divulgación que en la actualidad es prácticamente nula. Se puede consultar el informe completo aquí.

El estudio comentado se basó en la actividad de los científicos del CSIC en la VI Feria Madrid por la Ciencia. En relación con la temática de nuestra bitácora destacamos las actividades llevadas a cabo por el Instituto de Neurobiología Santiago Ramón y Cajal con nombres como “¿Cómo funciona el cerebro?”, “El cerebro controla nuestra conducta” o “Construyendo una neurona” (esta última dirigida a los niños y que debió ser muy divertida). Este tipo de actividades dan a conocer, aunque no con mucha profundidad obviamente, el funcionamiento de nuestro cerebro, y permiten, al menos en parte, desterrar los fantasmas que el analfabetismo científico crea para explicar cosas que no tienen nada de extraordinarias. Felicitamos a los responsables de esta iniciativa y prometemos algún día participar en otras similares.

Lupe

23 abril 2005

Un dragón en el garaje

-En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por a boca.
Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como esta. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real ¡Qué oportunidad!
-Enséñemelo -me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
-¿Dónde está el dragón? -me pregunta.
-Oh, está aquí -contesto yo moviendo la mano vagamente-. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
-Buena idea -replico-, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.
-Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.
-Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? (...) ¿Qué significa decir que mi dragón existe? (...) Lo que yo le pido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

“El mundo y sus demonios” Carl Sagan

Tito

17 abril 2005

¿Un lugar en el cerebro para el "sexto sentido"?

La noticia que voy a comentar bien pudiera ser un buen ejemplo de lo que se ha comentado en anotaciones anteriores sobre la “falta de cultura científica” y/o “la búsqueda de una buena historia que contar” como causa del buen crédito que las pseudociencias tienen en la prensa. Se trata de un articulo publicado el pasado 13 de abril en la sección Futuro de El País titulado “Un lugar en el cerebro para el sexto sentido”. En este caso se cumple que unos datos más o menos poco atractivos (aunque en el área de la Neurociencia Cognitiva parecen ser muy relevantes y de ello da fe su publicación en la revista Science) son sacados de contexto y estirados para darle más glamour. Y nada mejor para esto que relacionarlos con uno de los “poderes mentales” con más gancho cinematográfico de los últimos años: “el sexto sentido”. Afortunadamente, la periodista no se estaba refiriendo a la capacidad de “escuchar a los muertos”, sino a la habilidad de “presentir” acontecimientos. Así, comienza el artículo con la anécdota de los indígenas asiáticos que “habían presentido la llegada del tsunami con tiempo suficiente como para refugiarse en las zonas altas”. Y continúa diciendo que recientes estudios sugieren que “estos pueblos escuchan los dictados inconscientes de una parte del cerebro que actúa como sistema de alarma (radar hipersensible lo llama en otro punto del artículo) ante los peligros”. Y termina diciendo que este sistema “sería, pues, una parte de lo que popularmente se conoce como sexto sentido o, incluso, corazonadas (sic)”.

Como era de esperar, el artículo cuyos resultados se comentan no tiene nada que ver con lo que se cuenta en la noticia del periódico. Se trata, como he mencionado antes, de un estudio en el área de la Neurociencia Cognitiva en el que se describe un posible mecanismo por el cual el cerebro, y en concreto la corteza cingulada anterior, aprende a ejercer un control cognitivo sobre el comportamiento intencionado (dirigido a un objetivo). Y muy específicamente, como la corteza cingulada anterior aprende a predecir la probabilidad de errores en un contexto determinado, entendiendo como errores las discrepancias entre sucesos reales y planeados. Obviamente la periodista se dejo llevar por la idea de predicción cuando lo verdaderamente relevante era la idea de aprendizaje. Posiblemente la propiedad del cerebro que más contribuye a hacer de él una herramienta biológica tan potente es la capacidad de predecir acontecimientos futuros en función del contexto y de la memoria de hechos pasados. Esta propiedad permite que podamos tomar decisiones y planificar nuestras acciones en un sentido que más beneficie a nuestra propia supervivencia. Para llevar a cabo esta función el cerebro utiliza información que recibe tanto de manera consciente como inconsciente (lo que permite también, por ejemplo, que los sistemas internos de defensa se activan antes, incluso mucho antes, de que seamos plenamente conscientes de un peligro). Esto permite en ocasiones tomar decisiones de forma, decimos coloquialmente, intuitiva. Pero esta característica no es propia solamente de “pueblos indígenas” o de individuos dotados de capacidades sobrenaturales. Seguramente los individuos de estos pueblos (de los otros individuos mejor no hablar) han aprendido a percibir inconscientemente indicios del entorno que les informan de que algo ha cambiado, de la misma manera que también los elefantes fueron capaces de huir del tsunami. En cualquier caso no tendría nada de paranormal.

Quizás he sido un poco injusto con el artículo pues se mencionan alguna de las ideas que he anotado al final del párrafo anterior. Pero lo que me parece grave es asociar un estudio científico, de mayor o menor trascendencia, con supuestas propiedades extraordinarias de nuestro cerebro. Obviamente son este tipo de noticias las que mantienen vivos, aportándoles una credibilidad científica, muchos de los mitos sobre “el poder de la mente”.

Lupe

Posdata (20/4/2005): El artículo de El País se basó en una nota de prensa emitida por la Universidad de Washington, donde trabajan los responsables del estudio publicado en Science, que incluye declaraciones del investigador principal del estudio.

13 abril 2005

¿Por qué las noticias "pseudocientíficas" tienen éxito en la prensa?

En mi opinión, una de las causas del crédito del que gozan las creencias en "poderes sobrenaturales" es la falta de cultura científica. Incluida la falta de cultura científica de los periodistas. En este sentido creo interesante leer la siguiente cita:

"La nueva filosofía estadounidense sobre la enseñanza de las ciencias es que los estudiantes deben ser preparados para la vida como consumidores de ciencia, en lugar de como productores de ella (...) La novedad, a finales de los 80, es que lo "científico" ha ido adquiriendo connotaciones negativas, pues lo asocian con contaminación ambiental o guerra nuclear. (...) Los periodistas que luego divulgarán la ciencia han crecido con estas premisas y eso hace difícil que se sientan atraídos por la divulgación científica seria."

Burnham JC. How superstition won and science lost. Popularizing science and health in the United States. Rutgers University Pres, 1988. (La cita traducida está extraida de Elias C. De la sección de economía a las de sociedad y ciencia. Una perspectiva desde los gabinetes de prensa. En: "Comunicar la innovación", Fundación Cotec).

Cupri

Desmitificando el "poder de la mente"

Los términos "poder de la mente" o "energía psíquica", aunque muy vagos e imprecisos, sugieren que el cerebro humano es capaz de realizar tareas que desafían las leyes de la naturaleza; que tiene poderes "sobrenaturales". Sólo tenemos que abrir determinado tipo de revistas o publicaciones o escuchar los comentarios de amigos y familiares, para darnos cuenta de que hay "poderes mentales" que gozan de un crédito excelente. La telepatía, la telequinesia o la percepción extrasensorial son buenos ejemplos de ello. Teniendo en cuenta que no existe ninguna prueba científica (comprobable, reproducible) de que el cerebro humano posea tales características ¿por qué están extendidas estas creencias sin fundamento? Los autores de esta tribuna pensamos que muchos de los mitos populares que se refieren a los "poderes sobrenaturales de la mente" se sustentan en el desconocimiento de cómo funciona el cerebro humano. El objetivo de este foro es, precisamente, comentar y criticar, de manera constructiva, los supuestos "poderes mentales" desde los conocimientos científicos actuales sobre el funcionamiento del cerebro.

Para tener una idea general de nuestros planteamientos, puede consultarse el artículo "¿Cómo funciona el cerebro?" publicado en el número 18 de la revista El Escéptico.

AGRA

08 abril 2005

La primera piedra

El 7 de abril de 2005, tras repetidas declaraciones de intenciones durante más un año y después de una larga reunión inicial, hemos puesto la primera piedra de esta "tribuna neuroescéptica". Damos la bienvenida a todos los que se acerquen a este foro.

AGRA